El Reino del Revés

La columnista de Schvivo, nos envía su visión de la difícil situación que se vive en su país, Argentina. Los problemas que afligen a la Argentina son tan vastos y tan profundos como el mismo país... La violación de las instituciones en aras de una política cortoplacista e ideológica conmueven todas las realidades del ciudadano de a pie. La poca credibilidad en cada una de las instituciones no demora en llegar a la calle. 

| Cecilia Sturla Cecilia Sturla

Los problemas que afligen a la Argentina son tan vastos y tan profundos como el mismo país... La violación de las instituciones en aras de una política cortoplacista e ideológica conmueven todas las realidades del ciudadano de a pie.

La poca credibilidad en cada una de las instituciones no demora en llegar a la calle. Es así como la desconfianza gana terreno, la cerrazón en opiniones dogmáticas y maniqueas están a la orden del día, y el diálogo desaparece de la escena pública y también privada. Podrán decirme que son cosas que sólo pasa en la política y en los medios de comunicación... pero ese modelo ganó decididamente la calle.

¿Cómo explicar a los alumnos del secundario que lo que más necesita un país es el diálogo, el intercambio de ideas sin desmerecer al otro, sin falacias ad hominem que no dicen ni conducen a nada? ¿Cómo decirles que la independencia de los tres poderes es crucial para una democracia más o menos digna? ¿Cómo hacer para que lo que escuchan, ven, sienten, en realidad es lo que no tienen que escuchar, ver y sentir?
En el país del revés, todo vale. Quizás nunca más actual la canción de M.E.Walsh:

"Me dijeron que en el Reino del Revés

que un ladrón es vigilante y otro es juez

y que dos y dos son tres.

Me dijeron que en el Reino del Revés,

nadie baila con los pies/ que un ladrón es vigilante y otro es juez/

y que dos y dos son tres".

Todo puede pasar en el reino del revés: la inestabilidad golpea fuerte, y diga que uno tiene confianza en la Providencia, que con su mano gobierna todo y nos lleva hacia la victoriosidad de los tiempos, que si no... Decía el PK que un hijo de Schönstatt debe tener no sólo Ideales, sino un modo de conducción profético... Lo único que puedo profetizar y sin jugármela demasiado, es que Jesucristo es el Señor de la Historia... Si no fuera por este pensamiento de tan profunda esperanza, caería en el más irremediable, vacío y arrollador desánimo. Falta de ideas, de creatividad, de ganas de sacar las cosas adelante. ¿Tanto cuesta hacer las cosas medianamente bien? Los alemanes tienen un dicho: Warum so einfach, wenn es kompliziert geht? (Para que hacerlo fácil si lo puedo complicar?). La corrupción tremenda y sin escrúpulos que paraliza no sólo los ánimos, sino las obras, el bien común, todo lo que encuentra a su paso...

En Argentina todo puede pasar. Y esa sensación de inestabilidad no podemos no transmitirla hacia afuera. Las inversiones se van, la escasa credibilidad desaparece y aquí estamos los que confiamos en que en algún momento vamos a arrancar. A esta altura la confianza proviene exclusivamente de la Gracia, porque lo demás... brilla por su ausencia. ¡Gracias Dios, porque me regalaste la Fe!

Lamento el tono quejumbroso de este artículo. Pero necesitaba escribir para sacar la impotencia de un país que es puro proyecto, pura potencialidad... y que a esa potencialidad que aún no es, cuesta actualizarla para que finalmente sea. Ojalá el reino del revés se de vuelta de una vez y podamos volver a empezar "bailando con los pies"...

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