09. Significado de las contribuciones al "Capital de Gracias"
P. Rafael FernándezSignificado de las contribuciones al "Capital de Gracias"
Por el bautismo, hemos sido hechos uno con Cristo, miembros de su Cuerpo Místico, la Iglesia (cfr 1Cor 12). Con esto también estamos unidos unos con otros en Cristo y podemos implorar, por nuestra vida y por nuestra oración, la benevolencia de Dios y su gracia para nuestros hermanos. San Pablo se expresa así: "Completo en mi carne mortal lo que falta todavía a los padecimientos de Cristo por su Cuerpo que es la Iglesia" (Col 1,24).
Los jóvenes seminaristas co-fundadores de Schoenstatt se unían en la oración y el sacrificio con la intención común de que la Santísima Virgen hiciera nacer, desde el santuario, un Movimiento de renovación para el tiempo actual. "Capital de Gracias" es una expresión gráfica para describir este proceso vital. Tal como el Señor recurre en el Evangelio a términos o realidades de orden económico (los "talentos", por ejemplo), así también lo hace el P. Kentenich. El capital es esencial para movilizar las empresas. Nuestro "capital" son las obras meritorias, todo lo que hacemos, rezamos y sufrimos con amor, lo ofrecemos a María como don de nuestro amor, como expresión de nuestros esfuerzos por la santidad.
El Capital de Gracias es así, en primer lugar, una reafirmación práctica del carácter "aliancista" de toda la vida cristiana y de la vida schoenstattiana en particular. Porque la idea misma de juntar méritos para formar un "Capital de Gracias" implica la conciencia de estar respondiendo a un pacto, a un compromiso, a una alianza.
El P. Kentenich invita a los jóvenes, por las contribuciones al Capital de Gracias, a entrar de inmediato en acción: No basta la buena voluntad, sino que hay que comenzar a santificarse mediante hechos concretos, adquiriendo muchos méritos, realizando muchas obras buenas, cumpliendo fidelísimamente el deber de cada uno, rezando mucho más que antes. ¿Para qué? Para llevarlo todo al santuario y formarle allí a la Santísima Virgen una especie de "capital" de gracias del que ella pueda disponer a voluntad, al servicio de la gran misión del santuario. La idea de las contribuciones al Capital de Gracias moviliza así a los jóvenes a emprender una lucha activa por la santificación, claramente centrada en torno al santuario y al apostolado.