Evangelio jueves 11 de abril

Jueves 11 de abril de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

11 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 3, 31-36

Segundo jueves del tiempo de Pascua

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo.

"El que cree en el Hijo posee la Vida eterna"

El Señor parece decirnos: Los invito a mirar a mi Hijo, el Cristo resucitado. Reconózcanlo y crean en su Palabra porque da testimonio de Mí. Vino al mundo por amor a ustedes y les abrió el camino que los lleva a la Vida eterna. Tomen la Cruz de Jesús y pongan sus ojos en Él, admírenlo, quiéranlo, y busquen con perseverancia parecerse más a Él. No se basen en los modelos terrenales del hombre porque no les saciará; sigan más bien el modelo que Cristo les presenta, porque así serán saciados en servir y amar.

Creo que este Evangelio es bien claro y radical: para caminar hacia la plenitud de la Vida debo tener el corazón queriendo buscar la luz de Jesús. Es un llamado a realmente tomar la Cruz de Cristo y aferrarnos a ella con fuerza para así seguir el ejemplo de Jesús, que es servir y amar sin medida. Ese es el camino que Cristo nos muestra en la Cruz. Él se hizo servidor (y hoy nos quiere servir a cada uno de nosotros) y nos pide que hagamos lo mismo con quienes tenemos cerca.

Querido Jesús, Tú viniste del Padre y con tu entrega infinita en la Cruz eres nuestra fuente de salvación y nos muestras el camino hacia la vida plena. Regálame Señor el don de la fe y enséñame vivirla día a día, al servicio de otros. Pongo ante Ti mis debilidades terrenales y todo lo que me aleja de Ti o que me impide caminar en tu luz. En estos días quisiera pedirte que me recuerdes la alegría de vivir. Santa María, Madre de Jesús, llévame más cerca de tu Hijo y enséñame a amarlo como tú lo hiciste.

AMÉN

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