Evangelio miércoles 10 de abril

Miércoles 10 de abril de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

10 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 3, 16-21

Segundo miércoles del tiempo de Pascua

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Meditación de Osvaldo Iturriaga Berríos.

"Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas."

Siento como si el Señor me dijera: "Dios Padre me envió al mundo para dar testimonio de su amor infinito por la humanidad, para mostrarles el camino hacia la plenitud, que es el vivir en comunión con Él. Pero Él creó a la humanidad libre, de modo que seguir su voluntad es una elección para cada uno de sus hijos. Debes entonces aprender a buscar su voluntad, para poder elegirla. Si tus acciones te causan intranquilidad, si te generan tristeza, te impulsan a aislarte, o si derechamente dañan a otros, no son de la Luz sino que de la oscuridad".

En este tiempo de Resurrección, siento un especial llamado a acercarme a ese Cristo luminoso y triunfante que se aparece a los discípulos tras su Pasión y muerte. Y al mismo tiempo, me pregunto por qué es tan difícil verlo presente en el mundo, por qué hay tantos conflictos, guerras y posiciones antagónicas, si Él está resucitado y entre nosotros. Tal vez porque incluso tras haber vencido a la muerte, Jesús se muestra en forma sutil y sin aspavientos, de modo que la decisión de seguirlo sigue siendo una elección libre en lo profundo del corazón de cada persona. Y que incluso frente a la evidencia de la Resurrección, podemos seguir dudando o eligiendo lo que no nos llena.

Señor, gracias por este tiempo en que me recuerdas como nunca tu cercanía, la esperanza que Tú tienes la última Palabra, aunque todo parezca desmoronarse a mi alrededor. Ayúdame a creer de verdad en esto, para poder llenarme de la gratitud de saberme amado por Ti, y por esa gratitud buscarte siempre; que cada una de mis acciones sea un paso hacia la Luz que viene de Ti para poder reflejarla hacia cada persona que pongas en mi camino.

AMÉN

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