Evangelio miércoles 24 de abril

Miércoles 24 de abril de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

24 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 12, 44-50

Cuarto miércoles de Pascua

En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Meditación de Osvaldo Iturriaga Berríos

"Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas"

Siento como si el Señor me dijera "si te sientes perdido, sin saber dónde ir; si sientes que las cosas que haces no te llenan o no tienen el sentido que esperas, recuerda que Yo soy la luz que vino al mundo a iluminar el mundo con la Palabra de Dios. Esa palabra te invita a vivir de forma muy distinta a la que llama el mundo; te invita a encontrar la vida no buscándote a ti mismo, sino en la donación a los demás, poniéndote a disposición de la voluntad de Dios. Si te sientes en tinieblas, vuelve los ojos hacia Mí y te mostraré el camino".

Tengo el regalo de haber recibido desde niño el mensaje de Cristo, y de haber podido vivir ese amor de Dios a través de mi familia, el testimonio y generosidad de mis padres, de amigos con quienes compartí mi infancia, juventud y también mi fe. En distintos momentos he experimentado cómo el poner mi centro y mi fuerza en Cristo me ha guiado, sobre todo en períodos de confusión y sufrimiento. Pero al mismo tiempo, me cuesta tanto tenerlo siempre presente en mi día a día. Hay ciertas situaciones en las que me sorprendo haciendo todo lo contrario que debería hacer o decir si realmente viviera según esa Luz, o sencillamente viviendo como si esa Luz no existiera o fuera solo un lindo recuerdo.

Señor, gracias por estar presente en mi vida desde siempre. Ayúdame a que la memoria de personas, lugares o situaciones en las que he sentido su cercanía y tu fuerza sosteniéndome no queden solo como recuerdos nostálgicos, sino como memoriales de que estás conmigo siempre, y poder apoyarme en ellos cuando sienta que mi fe y mi esperanza flaquean. Ayúdame a poder ser testimonio de tu cercanía para otras personas, tal como tantas personas lo han sido para mí durante mi vida.

AMÉN

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