Voces de Dios en el norte de Chile

  Las palabras fluyen solas... el domingo 22 de agosto del 2010, fueron contactados con vida los mineros que desde hace 17 días estaban atrapados en la mina San José, en Copiapó, norte de Chile. "Estamos bien en el refugio los 33", decía la nota que los trabajadores enviaron a la superficie a través de la sonda que los ubicó. Fueron 17 días en que -a través de los medios de comunicación- pudimos ver y sentir la pena, frustración, desesperación y angustia de los familiares de esos trabajadores. Pero también fue una oportunidad para aprender. Fue una muestra y lección -para los chilenos y para todo el mundo- del valor de la fe, la fuerza de la oración, la espera confiada en los milagros y la esperanza como energía vital...

| Paulina Respaldiza (Linderos, Chile) Paulina Respaldiza (Linderos, Chile)

Mi hija me comentó, mientras veíamos las noticias en la televisión,... "mamá, son 33 mineros, la misma edad de Cristo..." Yo agregué, "se comunicaron con ellos y se supo que estaban vivos un día domingo, día del Señor"...

Una vez asimilada la gran noticia y de haber dado gracias a Dios por el increíble regalo a esas familias, que nunca perdieron la fe, la confianza, y a un país que se vinculó a través de la oración con la esperanza de que estuvieran vivos; sentí en mi corazón que había algo más en este hecho, que para mí es un milagro. Lo miré diferente, con los ojos de la Fe Práctica en la Divina Providencia.

Para mí es una clara voz de Dios que nos habla a través de los hechos. Sí, fueron miles las personas que rezaron. Muchas muestras de fe testimonian lo anterior... Una vez conocida la buena noticia, los familiares, políticos -de todos los partidos-, fuerzas armadas, ministros de gobierno, el presidente de la república, los periodistas, los rescatistas y tantos otros presentes, celebraron una Misa de campaña para agradecer a Dios. La Santa Eucaristía se desarrolló en el campamento Esperanza (donde las familias dormían en espera de noticias) junto a los altares que ellos mismos habían construido. La Virgen de Andacollo, San Lorenzo, patrono de los mineros, siempre estuvo presente; San Expedito (que se demoró un poco más de lo esperado en hacer el milagro) y muchas otras imágenes calmaron y dieron fuerza a las familias y amigos de los mineros atrapados.

Hoy que la fe en Dios es cada vez más débil, Él nos da muestras claras que debemos confiar cada vez más en su poder. Hoy que muchos están separados de la religión, humildes y esforzadas familias nos han enseñado que en el "creer" está la esperanza y fuerza para salir adelante. Hoy que muchos están divididos por intereses partidistas -trabajadores y empresarios, oposición y gobierno, católicos y evangélicos- un bien mayor nos une a todos.

Las voces de Dios son claras, sólo debemos detenernos y escucharlas en los hechos de cada día y en nuestros corazones. El domingo 22, Dios nos hablóo claramente a través de 33 mineros.

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